Ya pasó, ya está vencida, la fiebre que llaman Vida

Los versos de Poe, más que rimar, resuenan.
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For Annie
___
Thank Heaven! the crisis,
The danger, is past,
And the lingering illness
Is over at last—
And the fever called «Living»
Is conquered at last.
***
Sadly, I know
I am shorn of my strength,
And no muscle I move
As I lie at full length—
But no matter!—I feel
I am better at length.
***
And I rest so composedly,
Now, in my bed,
That any beholder
Might fancy me dead—
Might start at beholding me,
Thinking me dead.
***
The moaning and groaning,
The sighing and sobbing,
Are quieted now,
With that horrible throbbing
At heart:—ah, that horrible,
Horrible throbbing!
***
The sickness—the nausea—
The pitiless pain—
Have ceased, with the fever
That maddened my brain—
With the fever called «Living»
That burned in my brain.
***
And oh! of all tortures
That torture the worst
Has abated—the terrible
Torture of thirst
For the naphthaline river
Of Passion accurst:—
I have drank of a water
That quenches all thirst:—
***
Of a water that flows,
With a lullaby sound,
From a spring but a very few
Feet under ground—
From a cavern not very far
Down under ground.
***
And ah! let it never
Be foolishly said
That my room it is gloomy
And narrow my bed;
For man never slept
In a different bed—
And, to sleep, you must slumber
In just such a bed.
***
My tantalized spirit
Here blandly reposes,
Forgetting, or never
Regretting, its roses—
Its old agitations
Of myrtles and roses:
***
For now, while so quietly
Lying, it fancies
A holier odor
About it, of pansies—
A rosemary odor,
Commingled with pansies—
With rue and the beautiful
Puritan pansies.
***
And so it lies happily,
Bathing in many
A dream of the truth
And the beauty of Annie—
Drowned in a bath
Of the tresses of Annie.
***
She tenderly kissed me,
She fondly caressed,
And then I fell gently
To sleep on her breast—
Deeply to sleep
From the heaven of her breast.
***
When the light was extinguished,
She covered me warm,
And she prayed to the angels
To keep me from harm—
To the queen of the angels
To shield me from harm.
***
And I lie so composedly,
Now, in my bed,
(Knowing her love)
That you fancy me dead—
And I rest so contentedly,
Now in my bed
(With her love at my breast).
That you fancy me dead—
That you shudder to look at me,
Thinking me dead:—
***
But my heart it is brighter
Than all of the many
Stars in the sky,
For it sparkles with Annie—
It glows with the light
Of the love of my Annie—
With the thought of the light
Of the eyes of my Annie.
CARTEL-POE-copia
PARA ANNIE
¡Gracias a Dios! la crisis, el mal ha pasado y
la lánguida enfermedad ha desaparecido por
fin, y la fiebre llamada «vivir» está vencida.
——
Tristemente, sé que estoy desposeído de mi
fuerza, y no muevo un músculo mientras estoy
tendido, todo a lo largo. Pero, ¿qué importa?
Siento que voy mejor paulatinamente.——

Y reposo tan tranquilamente, en el presente,
en mi lecho, que a contemplarme se me
creería muerto, y podría estremecer al que me
viera, creyéndome muerto.

——

Las lamentaciones y los gemidos, los suspiros
y las lágrimas son apaciguadas entre tanto
por esta horrible palpitación de mi corazón;
¡ah, esta horrible palpitación!

La incomodidad,—el disgusto—el cruel sufrimiento—han
cesado con la fiebre que enloquecía
mi cerebro, con la fiebre llamada «vivir»
que consumía mi cerebro.

——

Y de todos los tormentos, aquel que más
tortura ha cesado: el terrible tormento de la
sed por la corriente oscura de una pasión maldita.
He bebido de un agua que apaga toda sed.

——

He bebido de un agua que corre con sonido
arrullador, de una fuente subterránea pero
poco profunda, de una caverna que no está
muy lejos, bajo tierra.

¡Ah! que no sea dicho jamás: mi cuarto
está oscuro, mi lecho es estrecho; porque
jamás ningún hombre durmió en lecho igual—y
para dormir verdaderamente, es en un
lecho como éste en el que hay que acostarse.

——

Mi alma tantalizada reposa dulcemente aquí,
olvidando, sin recordarlas jamás, sus rosas, sus
antiguas ansias de mirtos y de rosas.

——

Pues ahora, mientras reposa tan tranquilamente,
imagina a su alrededor, una más santa
fragancia de pensamientos, una fragancia de
romero mezclado a pensamientos, a sabor callejero
y al de los bellos y rígidos pensamientos.

——

Y así yace ella, dichosamente sumergida
en recuerdos perennes de la constancia y de la
belleza de Annie, anegada en un beso a las trenzas
de Annie.

——

Tiernamente me abraza, apasionadamente
me acaricia. Y entonces caigo dulcemente
adormecido sobre su seno, profundamente adormido
del cielo de su seno.

——

Y así reposo tan tranquilamente en mi lecho—conociendo
su amor—que me creéis muerto.
Y así reposo, tan serenamente en mi lecho,—con
su amor en mi corazón,—que me creéis
muerto, que os estremecéis al verme, creyéndome muerto

——
Pero mi corazón es más brillante que todas
las estrellas del cielo, pues centellea con Annie,
abrasado por la luz del amor de mi Annie,
con el pensamiento de la luz de los ojos de mi Annie… 

 

Dios ha muerto

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EL LOCO. ¿No habéis oído hablar de ese loco que encendió un farol en pleno día y corrió al mercado gritando sin cesar: “¡Busco a Dios!, ¡Busco a Dios!”. Como precisamente estaban allí reunidos muchos que no creían en dios, sus gritos provocaron enormes risotadas. ¿Es que se te ha perdido?, decía uno. ¿Se ha perdido como un niño pequeño?, decía otro. ¿O se ha escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se habrá embarcado? ¿Habrá emigrado? – así gritaban y reían alborozadamente. El loco saltó en medio de ellos y los traspasó con su mirada. “¿Que a dónde se ha ido Dios? -exclamó-, os lo voy a decir. Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos su asesino. Pero ¿cómo hemos podido hacerlo? ¿Cómo hemos podido bebernos el mar? ¿Quién nos prestó la esponja para borrar el horizonte? ¿Qué hicimos cuando desencadenamos la tierra de su sol? ¿Hacia dónde caminará ahora? ¿Hacia dónde iremos nosotros? ¿Lejos de todos los soles? ¿No nos caemos continuamente? ¿Hacia delante, hacia atrás, hacia los lados, hacia todas partes? ¿Acaso hay todavía un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través de una nada infinita? ¿No nos roza el soplo del espacio vació? ¿No hace más frío? ¿No viene de continuo la noche y cada vez más noche? ¿No tenemos que encender faroles a mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿No nos llega todavía ningún olor de la putrefacción divina? ¡También los dioses se pudren! ¡Dios ha muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado! ¿Cómo podremos consolarnos, asesinos entre los asesinos? Lo más sagrado y poderoso que poseía hasta ahora el mundo se ha desangrado bajo nuestros cuchillos. ¿Quién nos lavará esa sangre? ¿Con qué agua podremos purificarnos? ¿Qué ritos expiatorios, qué juegos sagrados tendremos que inventar? ¿No es la grandeza de este acto demasiado grande para nosotros? ¿No tendremos que volvernos nosotros mismos dioses para parecer dignos de ella? Nunca hubo un acto tan grande y quien nazca después de nosotros formará parte, por mor de ese acto, de una historia más elevada que todas las historias que hubo nunca hasta ahora” Aquí, el loco se calló y volvió a mirar a su auditorio: también ellos callaban y lo miraban perplejos. Finalmente, arrojó su farol al suelo, de tal modo que se rompió en pedazos y se apagó. “Vengo demasiado pronto -dijo entonces-, todavía no ha llegado mi tiempo. Este enorme suceso todavía está en camino y no ha llegado hasta los oídos de los hombres. El rayo y el trueno necesitan tiempo, la luz de los astros necesita tiempo, los actos necesitan tiempo, incluso después de realizados, a fin de ser vistos y oídos. Este acto está todavía más lejos de ellos que las más lejanas estrellas y, sin embargo son ellos los que lo han cometido.” Todavía se cuenta que el loco entró aquel mismo día en varias iglesias y entonó  en ellas su Requiem aeternam deo. Una vez conducido al exterior e interpelado contestó siempre esta única frase: “¿Pues, qué son ahora ya estas iglesias, más que las tumbas y panteones de Dios?”

La Gaya Ciencia”, aforismo 125. Friedrich Nietzsche (1844-1900).

Los aforismos son los meteoritos de la literatura

La angustia de la página en blanco se combate con humor negro.

Dicen que el aforismo es género menor y para mí que es el mayor de los géneros. El resto… ¡es literatura!

Tener uso de razón” es una expresión poco razonable. ¿Por qué no “uso de corazón”?

El dolor se acaba, luego es autocompasión.

Quizá el mayor sinsentido del turismo sea el de convertir a los países en su propia y estereotipada caricatura.

Si la vida es sueño, ¿quién duerme? ¿El sueño sueña?

Los médicos recetan tranquilizantes a sus pacientes para poder descansar ellos.

La vergüenza es la ira hacia dentro.

Cuando damos limosnas, repartimos la pobreza, no la riqueza.

La mejor época del año es la primavera, el verano, el otoño y el invierno.

Rafael Gonzalo

Ponys, Papas, fumatas, deudas, gatos bizcos y Benito Pérez Galdós, en Radio Círculo

Nos vamos ‘De palmas y cacería’ con el cuarteto sevillano Pony Bravo, en cuya coctelera cabe casi de todo: salsa, rumba, rock, electrónica, mucha ironía y ganas de pasarlo bien. La elección del nuevo Papa argentino nos permite aclarar que las fumatas negras no son la consecuencia de quemar a los cardenales que no han sido seleccionados. Un texto de Galdós fechado hace 100 años nos describe al milímetro la miseria de la actual situación política española, la misma de ayer, la misma de mañana. Canciones libres y entusiastas de Víctor Sánchez. El filósofo John Ralston propone lo que todos queremos menos los hombres malos: rescatar a las personas, no a los bancos, y olvidarse de la mentira de la deuda, ilegítima y odiosa, porque un hombre es rico en proporción a las cosas de las que puede prescindir (Thoreau). Los Gatos Bizcos, excelente mezcla de blues, rock, soul, swing. Terminamos el programa con Patricio B y su disco ‘Jijí Jajá’. Bienaventurados los que se ríen de sí mismos porque siempre tendrán motivos para reírse.

http://www.conspiradores.com/podcast_58.htm