Rafael Gonzalo es el autor de los libros “Nostalgia geométrica del Caos”, “Tierra firme de la fantasía” y “El tiempo todo locura”, tres originales muestras del difícil y puntilloso arte del aforismo. “La mejor defensa es un buen ataque de risa” es su obra más reciente, una serie de reflexiones de urgencia para sobrevivir al viejo mundo moderno.
Ofrecemos al lector una muestra de sus tres primeros libros en 32 aforismos:
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El sueño es un préstamo hecho a la muerte para conservar la vida, para renovarla.
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El autómata jugador de ajedrez, fabricado por Torres Quevedo en 1881, enrocaba torres de Babel y reyes irreales.
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Un tacaño no guarda el dinero por su valor, sino que lo oculta porque desconoce el arte de su administración.
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Si uno tiene más razón que cien mil, uno es mayoría.
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Quien cree haber hecho lo suficiente, no ha hecho todavía nada, por lo menos nada nuevo.
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Los jirones de tela que se prenden en las alambradas son las banderas del país del inconformismo.
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El sol cumple años; la luna, meses.
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Los enfermos mentales van creciendo al ritmo demandado por la producción de psicofármacos.
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Si se prohibiera la lectura de libros clásicos en el bachillerato, convertiríamos esta actividad en algo atractivo para los adolescentes y quedaría resuelto el problema de la crisis lectora.
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El dibujo es la cortesía del pintor.
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La esperanza modifica los recuerdos.
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La hora de la verdad es la de encontrarse a sí mismo en lo objetivo, cuando uno se dispone a ser fiel sólo a su propia veracidad.
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El espejo y el vestido representan el cambio continuo, gracias al cual podemos reconocer nuestra propia existencia. Narciso se ahogó ensimismado por el temor a que la corriente se llevara su imagen.
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La vida y el amor están determinados por reacciones no sólo químicas, sino también alquímicas, con su azar inexplicable.
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Un arquitecto innovador es el que lee el futuro en las grietas de las casas.
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Cuando damos limosna, repartimos la pobreza, no la riqueza.
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Si la vida es sueño, ¿quién duerme?
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El compromiso ideológico ha hecho que ya no se tome en serio a los intelectuales.
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Dicen que el aforismo es género menor y para mí que es el mayor de los géneros: el resto… ¡es literatura! (Nietzsche se jactaba de escribir en diez líneas lo que otros escriben en un libro, lo que otros no escriben en un libro).
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La atracción física es química.
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La medicina cumpliría mucho mejor con su vocación curativa si la considerásemos también como arte, y no sólo como ciencia.
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Las persecuciones de brujas durante la Edad Media reviven hoy en la forma de campañas de linchamiento y desprestigio orquestadas por los mass media.
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La ingeniería genética nos permite pedir peras al olmo.
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El vacío es el espacio mirándose el ombligo.
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El pesimista está contento de estar triste.
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Nadie se hace famoso; los demás le hacen a uno famoso. La fama pertenece a los demás.
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“Bajo mi punto de vista” es una expresión con complejo de superioridad.
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Los médicos recetan tranquilizantes a sus pacientes para poder descansar ellos.
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“Robinson Crusoe” es el libro que me llevaría a una isla desierta.
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Quien abraza el materialismo histórico como resultado de una elección ideológica, y no por necesidad, en tanto que víctima de la explotación, ¿no se convierte en materialista por puro y simple idealismo?
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Las primeras impresiones se merecen una segunda oportunidad.
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La imaginación es la intersección entre el azar y la memoria.
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