Los niveles de corrupción en Europa superan enormemente a los de cualquier país del llamado Tercer mundo. Que la familia de un dictador indonesio se quede con sobornos a cambio de aprobar una explotación agrícola destruyendo selva virgen y expulsando a indígenas de sus tierras, o que un grupo armado africano cobre un dinero para comprar armas a cambio de una concesión minera en su territorio, no es nada en cuanto a cantidad comparado a las sumas de dinero público (entregados por los Estados, o por el BCE para que con él compren deuda pública) que se está prestando a cambio de nada, a banqueros para cobrar sueldos millonarios, premiándoles así por una pésima gestión, y sobre todo a los accionistas de los bancos que obtienen grandes dividendos por unas inversiones que por sí mismas no valdrían absolutamente nada, habrían quebrado en cadena y el precio de la acción sería nulo o mínimo. Para pagar esta corrupción de los políticos hacia los banqueros y los mercados especulativos, los Estados se están endeudando y los ciudadanos estamos pagando todas esas cantidades directamente vía impuestos y vía recorte de prestaciones que nos pagábamos nosotros; fondos públicos que se desvían de su destino simplemente para regalarse a criminales y psicópatas.
¿Y qué otra cosa se podría haber hecho? Pues aplicar la ley, simplemente, como se ha hecho en un único país en el mundo, en Islandia. Los bancos quebraron, se les dejó caer, pero al ser de interés general para la economía se nacionalizaron antes de desaparecer, teniendo que pagar el Estado por ello sólo aquello que realmente valían. Se garantizó lo que decía la ley, los depósitos sólo hasta cierta cantidad, garantizados por el Estado. Los accionistas al ser los últimos de la cola a la hora de cobrar por el valor real de esos bancos (después del Estado, los trabajadores y los acreedores) perdieron su dinero, como quiebran miles de empresas cada día. Los directivos, como los de cualquier empresa mal gestionada que cause un daño a sus inversores, tuvieron que responder ante la justicia y hoy están en la cárcel. ¿Resultado? Tras solo tres años (ya veremos sila UEsale adelante en diez) Islandia tiene el sistema bancario más saneado de Europa, que son un activo del Estado, y a pesar de ser el país más afectado por la crisis financiera mundial, hoy es el país europeo que más crece económicamente, tiene las cuentas públicas más sanas del continente, hay casi pleno empleo, es un oasis de libertades individuales y líder mundial en índice de desarrollo humano. Simplemente aplicando la ley, nada más que eso (y echar a los políticos que gobernaban antes, por vías democráticas).