«Chopin parecía como ahogado en un lago; gotas de agua pesadas y heladas le caían rítmicamente sobre el pecho; cuando le hice escuchar el ruido de esas gotas de agua que, en efecto, caían sobre el techo, negó haberlas escuchado antes. Incluso le molestó que lo llamara armonía imitativa. Protestó con todas sus fuerzas –y tenía razón– contra la puerilidad de esas imitaciones por el oído. Su genio estaba lleno de misteriosas armonías de la naturaleza, traducidas por sublimes equivalentes en su pensamiento musical, y no por una repetición servil de los sonidos exteriores. Su composición de esa noche se encontraba llena de las gotas de lluvia que resonaban sobre las tejas sonoras de la cartuja, pero se había convertido en su imaginación y en su canto en lagrimas que caían del cielo, sobre su corazón…»
George Sand (extracto de su autobiografía Mi Vida)
Portrait of George Sand – Eugène Delacroix (1838)