Contaba el periodista Gaspar Gómez de la Serna, primo del genial escritor, en 1970, que en una recepción de la Embajada Española, un político francés, al saber que era español, dijo: «¡Español!, como mi sirvienta, en Francia todas las chachas son españolas». Y Gómez de la Serna, sin parpadear, respondió: «Qué curioso, en España todas las putas son francesas».
¡Vive la France!