–Los conquistadores españoles vinieron y se lo llevaron todo, los muy cabrones. Se apropiaron de las tierras, el oro, nos desangraron y nos quitaron todo lo que teníamos. Y no sólo a nosotros, sino a los padres de nuestros padres.
-Y a los padres de los padres de nuestros padres.
–Sí, eso es.
-Y a los padres de los padres de los padres de nuestros padres, y a los padres…
–Vale, vale, no desarrolles más el tema… Y, a cambio, los españoles ¿qué nos han dado? ¿Qué aportaron a América los españoles? ¿Qué han hecho los conquistadores por nosotros?
-El idioma.
–¿Eh? Sí, bueno, el idioma español. Eso sí nos lo han dado, eso es cierto.
-Y la imprenta, las catedrales.
–Sí, bueno, reconozco que el idioma, la imprenta y las catedrales nos los dieron los españoles.
-Y el trigo, la cebada, el café, el aceite de oliva. Estos cultivos los trajeron los españoles.
-¡Y el vino!
-¡El vino es lo mejor! ¡Eso sí que lo echaríamos de menos!
–Evidentemente, los cultivos de trigo y café, el aceite y el vino los trajeron los españoles. Eso no hace falta mencionarlo. Pero, aparte del idioma, la imprenta, las catedrales, el trigo y demás cereales, el café, el aceite y el vino, ¿qué han hecho por nosotros?
-El arroz, las judías, los garbanzos, lentejas y otras legumbres… también los trajeron ellos.
-Y la seda, el azúcar, los frutos secos…
-También prohibieron el canibalismo y los sacrificios humanos. Antes había mucha esclavitud, ahora por lo menos tenemos derechos laborales.
-Y construyeron carreteras, hospitales, escuelas, la Universidad. Trajeron la ciencia y la medicina europeas, eso hay que reconocérselo.
–Sí, sí, de acuerdo, de acuerdo. Y aparte del idioma, la imprenta, las catedrales, los cereales, el vino, el aceite, el café, el arroz, las legumbres, la seda, el azúcar, la prohibición de sacrificios, las carreteras, los hospitales, las universidades, la ciencia y la medicina… ¿qué nos han dado?
-El ganado lo trajeron los españoles: las ovejas, las vacas, los cerdos, los caballos…
-Y la artesanía del cuero, las armas de fuego, la pólvora, el hierro. Aquí no teníamos forja del hierro, lo hacíamos todo con piedras.
-La industria naval, la religión cristiana. Nosotros teníamos nuestros ritos, pero la verdad es que nos poníamos perdidos de sangre.
-Y la rueda como medio de transporte… Y el comercio. Antes de la llegada de los españoles apenas comerciábamos con otras culturas.
–Vale, vale, y aparte del idioma, los cereales, el vino, el aceite, el café, el arroz, las legumbres, la prohibición de sacrificios, la imprenta, la pólvora, el hierro, las carreteras, los hospitales, las universidades, la medicina, la ganadería, la industria naval, las catedrales, la religión, la artesanía del cuero, los derechos laborales, la seda y el azúcar, la rueda, el comercio… ¿qué han hecho los españoles por nosotros?
-¡Nos han traído la Hispanidad!
–¿La Hispanidad? ¡Que te folle un pez!
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El mito de la piratería inglesa: menos del 1% de los galeones españoles fue apresado
La literatura y la propaganda anglosajona han exagerado los episodios de una guerra que ganó España. Entre 1540 y 1650, de los 11.000 buques que hicieron el recorrido América-España solo se perdieron 107 a causa de los ataques piratas
La historiografía inglesa ha insistido en repetir que la actividad pirata fue un constante quebradero de problemas, con corsarios de la bajeza moral de Francis Drake o John Hawkins a la cabeza, para el traslado del oro, plata y otras mercancías del Nuevo Mundo a España. Así, según la imagen todavía presente en el cine y en la literatura, Felipe II y el resto de monarcas españoles de la dinastía Habsburgo terminaron desesperados ante los ataques auspiciados por la Monarquía Inglesa y otros reinos europeos. Sin embargo, las cifras de barcos que llegaron a puerto español desdicen esta versión romántica y falseada de la historia.La Flota de Indias se reveló como un sólido sistema casi sin fisuras.
«El sol luce para mí como para otros. Querría ver la cláusula del testamento de Adán que me excluye del reparto del mundo», aseguró el Rey francés Francisco I tras el tratado de Tordesillas, donde españoles y portugueses se repartieron el Nuevo Mundo con el beneplácito del Papa Alejandro VI. Y desde luego los dos imperios ibéricos –más tarde unidos por Felipe II– no estaban dispuestos a compartir su herencia. Es por ello que la Monarquía francesa y otros enemigos del imperio comenzaron a financiar la expediciones piratas contra los barcos que usaban los españoles para transportar las mercancías.
Los españoles aprendieron a defenderse de los piratas franceses a través de grandes galeones
En 1521, piratas franceses a las órdenes deJuan Florin lograron capturar parte del conocido como «El Tesoro de Moctezuma», el grueso de las riquezas que Hernán Cortés envió a Carlos V tras la conquista de Tenochtitlan, abriendo toda una nueva vía para asaltos y abordajes. Sin embargo, los españoles aprendieron pronto a defenderse de los piratas franceses, a los que más tarde se unieron los ingleses y los holandeses, a través de impresionantes galeones, mucho más armados que los navíos piratas, y un sistema de convoys que, siglos después, serviría a las naciones aliadas en la Primera Guerra Mundialpara vertebrar su defensa contra los submarinos alemanes.
Entre 1540 y 1650 –periodo de mayor flujo en el transporte de oro y plata– de los 11.000 buques que hicieron el recorrido América-España se perdieron 519 barcos, la mayoría por tormentas y otros motivos de índole natural. Solo 107 lo hicieron por ataques piratas, es decir menos del 1 %, según los cálculos de Fernando Martínez Laínez en su libro «Tercios de España: Una infantería legendaria». Un daño mínimo que se explica por la gran efectividad del sistema de convoys organizado por Felipe II.
Así, el Monarca estableció por Real Cédula nada más llegar al trono las condiciones para asegurar un sistema de defensa naval inmune a los ataques piratas. El viaje de la Flota de Indias se efectuaba dos veces al año. El punto de partida se emplazaba en Sanlúcar de Barrameda, donde la flota realizaba las últimas inspecciones, y desde allí partía hacia La Gomera, en las islas Canarias.
Tras la aguada –recoger agua en tierra–, la escuadra conformada por unas 30 naves navegaba entre veinte y treinta días, en función de las condiciones climáticas, hasta las islas Dominica o Martinica(Centroamérica) donde se reponían los suministros. Durante todo el trayecto el convoy era encabezado por la nave capitana y los galeones mejor artillados se situaban a barlovento –donde sopla el viento– para proporcionar escolta al grupo. El objetivo general era que ningún barco se perdiera de vista o se desviara del rumbo en solitario. Y por la noche, los bajeles encendían un enorme farol a popa para servir de referencia al que tenían detrás.
El sistema de convoy español, cuyo teórico fue el capitán Menéndez de Avilés, sería copiado por Inglaterra y EE.UU. en las dos guerras mundiales. Pero la auténtica prueba de que cumplió con su proposito es que solo dos convoys fueron por completo apresados en toda su historia: la primera, en 1628, a la altura de Matanzas (Cuba), a manos del almirante holandés Piet Heyn; y una segunda vez en 1656.
¿Quedó herido el Imperio por la piratería?
Sin capacidad para atacar a la Flota de Indias o a los galeones de gran tamaño, la actividad de Francis Drake y de otros de su tallaje se limitó en la mayoría de casos a ataques contra indefensas poblaciones del Caribe. No en vano, el sistema defensivo de algunas poblaciones españolas era realmente deficiente y era fácil sacar partido de la incompetencia de los gobernadores locales. Por ejemplo, el 1 de enero de 1586, el citado Drake tomó la ciudad de Santo Domingodurante un mes y luego la incendio impúnemente.
La actividad de Francis Drake se limitó al saqueo de las indefensas poblaciones del Caribe
Sin embargo, tras el desastre de la Armada Invencible Felipe II se tomó en serio el problema de la piratería y destinó ocho millones de ducados para nuevas naves y fortificaciones en el Caribe. Estas, como la inexpugnable Cartagena de Indias, fueron reforzadas por los mejores arquitectos del Imperio. Un esfuerzo logístico que aceleró la decadencia de este tipo de piratería, aquella financiada e impulsada en las sombras por países como Inglaterra, Francia o Holanda. Cabe recordar que, aunque personajes como Drake contaban con patente de corso, España no reconocía a estos piratas como consarios sino como piratas, puesto que actuaban en tiempos de paz.
Es por todas estas razones que el historiador Germán Vázquez Chamorro resta importancia a la influencia que pudo tener la piratería en el proceso de decandecia del Imperio español. En su opinión, los más famosos piratas encumbrado a la fama, sobre todo por la literatura y la propaganda inglesa, realmente atacaban barcos pesqueros o chalupasde escaso o nulo valor para la Corona española. De hecho, los enemigos de España prescindieron de aliarse con los piratas cuando descubrieron otros métodos para ganarle terreno a este imperio. Así, en los siglos XVII y XVIII, todas las naciones se conjuraron para perseguir y castigar sin piedad a los piratas.
Fuente: Diario ABC
Conquista de América: ni expolio ni genocidio
Comparar la conquista de América con el genocidio nazi es algo que no sostiene ningún historiador serio. La verdad es que España no planeó ni ejecutó ningún plan genocida. El lamentable derrumbe de la población indígena –que nadie niega– no está ligado sólo a los enfrentamientos bélicos con los conquistadores, sino a una variedad de causas, entre las que sobresale la del contagio por enfermedades, en especial la viruela. La acusación de genocidio como causa de despoblación, que pretende equiparar la conquista de América con el holocausto nazi, no resiste las investigaciones rigurosas de historiadores modernos, no necesariamente hispanófilos. Al contrario, la política española de repartimiento de tierras y las encomiendas es tenida, de forma prácticamente unánime, como antídotos que se aplican tratando de evitar la despoblación, con mayor o menor fortuna.
La verdad es también, que los principales dueños de la tierra que encontraron los españoles –mayas, incas y aztecas– lo eran a expensas de los anteriores dueños, a quienes habían invadido y desplazado. Antes de la llegada de los españoles, los indios concretos y singulares no eran dueños de ninguna tierra, sino empleados gratuitos y castigados de un Estado idolatrado y de unos caciques despóticos tenidos por divinidades supremas. Una ley claramente discriminatoria distinguía entre pudientes y esclavos, siendo el abuso, la explotación y el despojo las prácticas habituales, debido a la ausencia de cualquier legislación que regulase los derechos indígenas. Y ésta fue la razón por la que una parte considerable de tribus aborígenes –carios, tlaxaltecas, cempoaltecas, zapotecas, otomíes, etc.– se aliaron naturalmente con los conquistadores, procurando su protección y el consecuente resarcimiento.
Invitaría a los detractores de la conquista a consultar las leyes de Burgos, promulgadas en 1512. En ellas se considera al indio de América un ser “libre y racional”, se reglamenta su trabajo y se les reconoce un descanso de cuarenta días después de cada periodo de cinco meses, eximiéndose del trabajo a las mujeres embarazadas. También se fija su derecho a recibir alimentos, casa y vestidos. Esta ley inaugura un bloque que constituiría ya por aquellos años un verdadero “estatuto indígena”. Invito a leer a Bartolomé de las Casas o al emperador Carlos I que, horrorizado ante los excesos, ordenó promulgar en Barcelona las Leyes Nuevas, ya en 1542, que recogen derechos de los indígenas e intentan poner coto a los abusos. ¿Saben los detractores de la conquista de América y defensores de la Revolución jacobina que para la abolición de la esclavitud en Francia se citaron textualmente artículos de las Leyes de Indias promulgadas 300 años antes en la España imperial?
Aportes Españoles en la Conquista de América y aportes americanos a Europa
Los españoles aportaron a sus posesiones en América, una serie de elementos técnicos comunes a las civilizaciones euro-asiáticas, que hicieron pasar al continente americano de la Edad de Piedra en que se encontraba en el momento del descubrimiento al siglo XVI europeo, en un tiempo asombrosamente corto. Entre ellos:
-El caballo, que reavivó a las comunidades cazadoras de las praderas estadounidenses hasta el siglo XIX y las de ciertos pueblos sudamericanos: mapuches, pampeanos, etc. Y con el caballo, sillas de montar y toda clase de artesanía del cuero.
-El ganado ovino.
-El ganado bovino, incluyendo el bravo.
-La vid, de cuyas cepas descienden hoy las producciones vinícolas de Chile, Argentina y California. El vinagre.
-Las legumbres (judías, garbanzos, lentejas)
-El arroz, almendras, ajos, cebollas, ciruelas pasas (y demás frutos secos).
-El trigo, originario de la antigua Mesopotamia.
-Sebo, alquitrán.
El olivo, las aceitunas, el aceite de oliva.
-La rueda como elemento de trabajo y transporte, pues algunas culturas americanas ya hacían uso de ellas en juguetes, y probablemente en otras áreas técnicas que se han perdido.
-El hierro: la forja, la rejería.
-Las armas de fuego.
-La pólvora inventada por los chinos.
-El limón, originario del sudeste de Asia, que fue llevado a Europa durante las Cruzadas.
-El azúcar llevada desde Medio Oriente al entonces territorio conocido como Al-Ándalus durante las Cruzadas.
-El lino, el cáñamo.
-La seda.
-La imprenta moderna fue llevada por los españoles a América ya en la primera mitad del siglo XVI.
-El calendario juliano y, posteriormente, el calendario gregoriano (1583).
-El café, esencial para la producción de países como Brasil o Colombia.
No incluyo otros aspectos cruciales como los derechos laborales, la universidad, las catedrales, la lengua, la religión, los avances científicos, arte de la estrategia militar, la construcción de ciudades, etc, que me parecen capítulo aparte. Antes de la llegada de los españoles, las sociedades americanas eran caciquiles (cacique es palabra americana) No existían los derechos laborales, sólo la esclavitud. Los españoles regulan el derecho al trabajo, las mujeres embarazadas no trabajan, por ejemplo, con el fin de repoblar. Pero estos aspectos los trataremos en otra sección.
Por su parte, los españoles llevaron al que denominaban Viejo Mundo (Europa, Asia y África) una serie de elementos técnicos desarrollados por las culturas precolombinas. Entre ellos:
-Jeroglífico maya para el cero, año 36 a. C. Las civilizaciones mesoamericanas desarrollaron unas matemáticas avanzadas. Utilizándolas, los religiosos hispanos mejoraron el calendario gregoriano.
-El maíz.
-El tomate, que se volvería fundamental en la cocina italiana.
-La patata, básica en la alimentación en Europa y muy útil en épocas de carestía.
-La batata.
-La vainilla.
-El pimiento, que se volvió esencial en la comida tailandesa e india.
-El tabaco.
-El cacao y el chocolate, muy solicitados.
-Técnicas de entretejido textil.
-El caucho («cautchuc», impermeable en maya) y el látex.