Prohibido no comprar

Hoy, 24 de noviembre, se celebra desde hace dieciocho años y en más de cincuenta países, el “Día de no comprar” (#BuyNothingDay).

Evidentemente es una celebración contra el consumo desaforado y está promovida por una organización llamada Adbuster: se trata de pasar 24 horas sin comprar absolutamente nada. El presunto objeto de la campaña es tan serio como llamar la atención sobre las injusticias de un mundo en que el poder adquisitivo y la propaganda para el consumo son tan determinantes.

No pretende desterrar la compra, cosa que sería impensable, pero sí incitar a la reflexión sobre ese tipo de adicción en que puede convertirse la compra compulsiva y consumir a todas horas. Los organizadores creen que se puede ser feliz sin consumir, ¿por qué no probar un día al año?

Y en principio, ¿qué podría tener de malo una iniciativa tan bienintencionada? Nada, si no fuera porque el día siguiente, el 25 de noviembre, sólo puede convertirse en el “Día del consumo por duplicado”, siquiera sea extraoficialmente, para resarcirnos de lo que dejamos de comprar el día anterior. De hecho, ahí tenemos la semana del #BlackFriday para corroborarlo.

Quiere decirse que toda esta clase de iniciativas del tipo «Día de móviles caídos», «Día de no echar gasolina», «Apagón mundial de 5 minutos», parecen tratar un problema tan grave como el consumismo con tanta frivolidad y simpleza que resultan completamente inocuas en cuanto al objetivo que dicen perseguir. No reducen ni combaten el problema, sólo posponen el consumo hasta el día siguiente o lo anticipan al anterior, cuando no lo multiplican.

Y por eso tengo para mí que deben venir fomentadas por las propias compañías y empresas a las que se quiere boicotear –telefónicas, eléctricas o energéticas–, que al final son las que salen más fortalecidas.

Basta recordar el famoso caso del “Día de móviles caídos” de hace unos años, con el que se pretendía boicotear los abusos de las compañías telefónicas dejando de utilizar los teléfonos por un día entero. Los memos del planeta colapsaron las líneas a base de enviarse mensajes vía móvil informando acerca del boicot.

El resultado fue el mejor para las compañías: hicieron su mayor recaudación en mucho tiempo.

@Rafael Gonzalo