De la obra Oráculo manual y arte de prudencia de Baltasar Gracián, dijo Nietzsche: “Europa nunca ha producido nada mejor en temas de sutileza moral”; La Rochefoucauld imitó su contenido; y Schopenhauer confesó que era “absolutamente único…, un libro escrito para uso constante, un compañero de vida especialmente hecho para quienes desean prosperar en el gran mundo”. A las lumbreras de Europa sólo les faltó decir: ¡Gracias, Gracián, qué gracia! Pues qué dirán de El Criticón… (Se adelanta Schopenhauer: “El mejor libro del mundo”).
¡Gracias, Gracián, qué gracia!
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